GRANDES TEMPORADAS
Existen muchas formas de narrar la historia de una vida profesional, en lo personal, opté por hacer el recuento de algunas operaciones que han sido significativas en mi carreta.
Mencionaré ciertas experiencias de éxitos y otras de fracasos en el apasionante mundo bursátil, sector en el que tuve oportunidad de ser un protagonista durante los últimos treinta y ocho años, hasta este año de 2003 y, como lo importante en el beisbol es obtener el triunfo, veo que mi resultado es de más juegos ganados que perdidos y que mi equipo ha sido campeón por muchas temporadas.
1987. Alfredo Harp Helú en Acciones y Valores de México.
Los hechos que menciono en este libro no revelan secreto bursátil alguno; por el contrario, se refieren a empresas cotizadas en bolsa y, por su carácter público, la información relacionada con ellas se puede encontrar en la Bolsa Mexicana de Valores. Cada vez se perfeccionan las obligaciones y los procedimientos para que las empresas cotizadas informen oportunamente con mayor transparencia, en forma tal que todos los participantes puedan tomar sus decisiones de inversión.
En algunas ocasiones, las cantidades se muestran en dólares americanos, ya que es la mejor forma de entender las cifras comparables, tomando en cuenta que en los años que van de 1976 a 2003, el valor de un dólar varió de 12.50 a 11,000.00 viejos pesos, es decir, de .0125 centavos a 11 pesos, o mil pesos de antes que son un peso en la actualidad.
Los mercados expresan el sentir de los participantes con sus decisiones de compra o venta, o sea, la oferta y la demanda, y también consideran situaciones macroeconómicas y políticas. Como vivimos en una economía global, nuestro país se contagia de los sucesos de los mercados internacionales, ya sean desarrollados o emergentes. El análisis bursátil de cada empresa considera el sector al cual pertenece y, desde luego, su historia y proyecciones tanto financieras como bursátiles. Lo anterior resulta sencillo de entender y podría representar la oferta y demanda que determinan los precios a los que se beben cotizar las emisoras diariamente. Sin embargo, existen momentos, muchas veces prolongados, en que las decisiones de los participantes convierten a los mercados en irracionales. Ante estas situaciones de gran inestabilidad fue cuando nuestro equipo de Accival jugó y ganó muchos partidos y siempre invitó a compartir los triunfos a un gran número de participantes: nuestros clientes. En cada juego se respetaron todas las reglas y se actuó con transparencia, lo que permitió que cada día se sumaran más inversionistas que compartían nuestro espíritu ganador, ya que nuestro lema ha sido: “la mejor inversión está en México”.
En los primeros años de Accival, desde 1971 hasta 1980, logramos obtener grandes campeonatos. Mencionaré algunos.
Título que ampara cien acciones de Fundidora de Monterrey, S.A.
Título que ampara veinte obligaciones hipotecarias de Teléfono de México, S.A.
REGAR HITS POR EL CENTRO HISTÓRICO
Todos los días, incluyendo los sábados hasta 1973, Roberto Hernández y yo solicitábamos órdenes de compra o venta de valores a las siguientes instituciones: Bancomer, Banamex, Nafinsa, Banco de Londres y México, Banco del Atlántico, Banco Mexicano y algunas otras órdenes que obteníamos por vía telefónica. Por nuestra eficiencia y buen servicio nos convertimos en la casa de bolsa con mayor operatividad en el piso de remates de la Bolsa de Valores de México (ahora Bolsa Mexicana de Valores, S.A. de C.V.), después de Banamex, que siempre ocupa el primer lugar.
1973. Comida de Fin de Año de Acciones y Valores.
Nuestros grandes batazos llegaban siempre gracias a la independencia mental y económica de Accival, que permitió que bancos, financieras, compañías de seguros y fondos de inversión confiaran en nuestra casa de bolsa. De esta manera, armamos estrategias que culminaron en la mejor recomendación para cada institución, aun cuando éramos competidores. Nuestro principal cliente fue Bancomer ya que, no obstante su gran participación en el mercado de valores, no contaba con operadores directos en el piso de remates de la bolsa.
BATEO OPORTUNO
Las acciones de Nafin “B” y de Teléfonos de México pagaban en efectivo un dividendo anual de 9 y 12 pesos por acción respectivamente. Accival fue de las pocas casas de bolsa que en esa época promovió la inversión en estas emisoras por parte de sociedades anónimas y así aprovechar la ventaja fiscal que consistía en que los ingresos por dividendos no eran acumulables a su ingreso global gravable y obtenían un rendimiento muy superior a otros instrumentos de renta fija.13 Estas operaciones, gracias al bateo oportuno de nuestras recomendaciones, representaron en los primeros años de operación de Accival cerca del 50 por ciento de nuestros ingresos.
RÉCORD DE MÁS HITS CONECTADOS POR EQUIPO
En 1972, el gobierno federal decidió convertir a Teléfonos de México en empres de participación estatal mayoritaria, por lo que adquirió paquetes de acciones que poseían accionistas del sector privado, encabezados por el Grupo Trouyet-Senderos a un precio aproximado de 9 dólares por acción. Por esta razón, las acciones de Telmex lograron superar en bolsa su valor nominal de 100 pesos cada una.
Roberto Hernández, con su magnífico olfato, estimó que el gobierno no alcanzaría el 51 por ciento del capital de la empresa y, con su habilidad característica, consiguió la orden de compra de acciones más importantes del año, que consistió en adquirir lotes de acciones de Telmex a precios promedio de 110 pesos cada una. El grupo de jugadores de Accival actuó jugando diversas posiciones; repartió hits por el campo para que nadie se fuera en blanco; compró acciones. Como no existía el Instituto para depósito de Valores, Indeval, teníamos que liquidarlas en la bolsa, en Uruguay núm. 68 y transportarlas a nuestra casa de bolsa, en Isabel la Católica núm. 38, 7º piso, donde las endosábamos con dos firmas mancomunadas, ya fueran de Roberto Hernández, Luis Duhart, José Marrón, Teodoro Verea o la mía. Una vez endosadas, llevábamos las acciones a Isabel la Católica núm. 51 a Nafinsa, que era el agente financiero que liquidaba las compras por parte del gobierno federal, donde una vez revisados los endosos y contados los títulos, nos entregaban el cheque correspondiente. Los bancos cerraban a las 13:00 horas y logramos extender con algunos de ellos el horario para que nos recibieran el depósito en firme cerca de las 14:30 horas y, de esa manera, podíamos cubrir nuestros cheques expedidos. Ahora más que nunca, se ven las bondades de la creación del Indeval y la eliminación de los títulos físicos.
Esta operación tan importante en los inicios de Accival implicó que muchos días tuviéramos que endosar más de mil títulos, porque estos representaban principalmente bajas denominaciones (1, 2, 3, 5, 10, 15 y 20 acciones).
De nuestra oficina a Nafinsa llevábamos los títulos en una carretilla de carga, o sea, en un diablito. Un día, en la esquina de Isabel la Católica y Venustiano Carranza, el cargamento de acciones se cayó en la banqueta y en la calle donde todavía pasaban los tranvías; palidecimos, la gente muy amable, nos ayudó a levantar el tiradero, sin imaginarse lo que esos papeles revueltos significaban.
Después de varios meses de compras de las acciones que necesitaban el gobierno, Telmex convocó a una asamblea extraordinaria de accionistas, donde se aprobó la emisión de la serie “AA” de acciones que representaban el 51 por ciento del capital social de la empresa y solamente podían se ser adquiridas por el gobierno federal de México. La nueva administración de Telmex continuó con la política equivocada de financiarse con ventas de acciones a los nuevos usuarios de líneas telefónicas, lo que provocó que el exceso de oferta desordenada de acciones diluyera a los accionistas y llevara el precio por acción de 9 dólares en 1972 a solamente 4 centavos de dólar a principios de 1987.
CARRERAS PRODUCIDAS: ASARCO
En 1974, compramos en firme un paquete de 300,000 acciones de Asarco Mexicana, S.A. , ahora Grupo México, S.A. de C.V. Cuando íbamos a colocar las acciones, la cotización de la planta subió más 500 por ciento, produjimos muchas carreras para obtener el triunfo, lo que generó una alta rentabilidad para Accival, ya que las acciones de la empresa minera nos eran arrebatadas a más del doble del precio de adquisición.
Lamentablemente para México, desde esa fecha se empezó a vivir con mayor inflación, o sea, llevamos casi treinta años en que no se ha podido derrotar el cáncer inflacionario que perjudica a todos los habitantes, principalmente a las clases medias y marginadas que tiene menos oportunidades. Espero que por fin ahora estemos llegando a los años de crecimiento económico con estabilidad de precios para que nuestro país, que es en su mayoría de jóvenes, pueda aprovechar la bonanza de un mercado interno creciente que permita crear las fuentes de empleo que tanto necesita y logre obtener incremento de salarios reales.
PARÍS LONDRES, LA DIVISIÓN DE HONORES
Accival manejó su primera oferta pública de acciones en 1974, previa a la aparición de la Ley de Mercado de Valores que entró en vigor en enero de 1975. Con los almacenes departamentales llamados París Londres, logramos un gran triunfo, se dio el comienzo de Accival como el principal colocador de empresas entre los años setenta y noventa.